Las deducciones en el impuesto de sociedades deben estar justificadas y contabilizadas, así como imputadas al ejercicio correspondiente. Esas deducciones deben tener correlación con la obtención de ingresos. A continuación, damos un repaso a todo lo que debes saber sobre ellas.
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Las claves del impuesto de sociedades
El impuesto de sociedades es un tributo que la ley define como de carácter personal. Esta determina que son las sociedades las que deben hacerse cargo de su liquidación, puesto que grava a las personas jurídicas. También es un impuesto directo. Esto implica que la renta que obtiene una sociedad en un periodo impositivo determinado es lo que se grava. Normalmente, dicho periodo es un año natural.
1. El I+D+i
Si tienes una empresa que va a llevar a cabo proyectos de innovación o de I+D+i, podrás deducirte las inversiones de inmovilizado que tengan relación con estos o los gastos relacionados.
2. Amortización de bienes
Las amortizaciones de bienes son reducciones que se hacen en el valor de los pasivos o de los activos. De este modo, pueden reflejar en el precio del mercado la contabilidad de la empresa, igual que otras reducciones de valor.
Por otro lado, el impuesto de sociedades puede verse disminuido a través de dos tipos de amortizaciones: la libre y la acelerada.
3. Las facturas
Las facturas vencidas más de seis meses tras el cierre del ejercicio son otro de los factores que debes tener en cuenta. Normalmente, el cierre se produce el 31 de diciembre. Pues bien, la normativa de este impuesto te permite hacer una provisión por un importe similar, siempre que disminuyas así la base imponible.
4. Pérdidas por deterioro de créditos
Las pérdidas por deterioro de créditos solo se pueden aplicar a empresas que tengan una dimensión más reducida. Podrás hacerlo con un límite sobre los deudores que existan del 1 %, y se tendrá en cuenta hasta que concluya el período impositivo.
5. Reservas de capitalización
Las reservas de capitalización hacen que puedas recortar la base imponible de tu empresa en un 10 % del importe que se destine a ello. Solo si la reserva se mantiene con fondos propios a lo largo de cinco ejercicios, y se constituye como no disponible, podrás realizar dicha reserva.
6. Reserva de nivelación
La reserva de nivelación permite que aplaces cinco años, como máximo, tu tributación. Se trata de una reducción de hasta el 10 % de tu base imponible positiva, sin que se supere el millón de euros. Un asesor te dirá que solo pueden aplicarla las empresas que tengan una dimensión reducida.
7. Gastos financieros y creación de empleo
En el primer caso, tienen un límite de deducción del 30 % de tu beneficio o del millón de euros. En el segundo, te permite deducirte 3000 euros por contratar a tu primer empleado, siempre y cuando sea mediante un contrato indefinido. Si tienes una plantilla de menos de 5 trabajadores, podrás deducir de la cuota íntegra un 50 %.
8. Sociedades civiles
Si tienen objeto mercantil y personalidad jurídica, están sujetas al impuesto de sociedades. Por ello, se permite disolverlas con la liquidación.
9. Gastos por atenciones a clientes y proveedores
Los gastos por atención a clientes y proveedores no podrán ser mayores del 1 % del importe neto de la cifra de negocio, en el caso de que quieras deducirlos.
Ya conoces las claves de la deducción en el impuesto de sociedades, solo nos queda decirte que es un tributo que tiene devengo periódico. En el devenir de este impuesto hay momentos del año en los que tendrás que ir liquidando con la Agencia Tributaria esta obligación de pago.